martes, 26 de febrero de 2013

Ford Crestliner, un auto para coleccionistas

Las líneas puras, ligeramente cuadrada de los Fords de 1949-1951, como el Ford Crestliner 1950-1951, fueron los que salvaron coches Ford Motor Company.


Henry Ford, que había vuelto a la gestión de su empresa después de la muerte prematura de su hijo Edsel en 1943, se había casado con grandes ideas que ahora habían crecido obsoletas. Su empresa se tambaleó ante la presión.

Ford en esos días era todavía una sociedad anónima de propiedad familiar, y en 1945 la familia Ford finalmente insistió en un cambio en el mando.

El control pasó a un nieto, Henry Ford II. Incluso antes de que falleciera Henry en 1947, se habían puesto es marcha los esfuerzos de recuperación.

Henry Ford II cuya permanencia duraría 33 años, contrató a nuevos gerentes brillantes y talentosos, ingenieros, estilistas, y los "Whiz Kids".

Entre las nuevas caras que llegaron estuvieron Robert S. McNamara y Ernest R. El nuevo equipo directivo hizo un replanteamiento de la línea de productos Ford.

Los resultados surgieron en 1949: un apuesto Lincoln nuevo, un Mercury y el Ford totalmente nuevo, lo que sentaría las bases para el Ford Crestliner 1950-1951.

El Ford Crestliner fue un tudor sedan de edición limitada, distinguido por  un "barrido de color vivo a lo largo de los costados de la carrocería.

Este sedán se distinguía por salvajes combinaciones de 2 tonos que se adelantaron a su tiempo en 1950; el chartreuse y negro era un ejemplo memorable.

Los interiores se colorearon de manera que combinaran perfectamente con los exteriores, con materiales exuberantes.

El Crestliner traía faldas de defensas estándar, y color de 2 tonos se repetía en el vinilo acolchado de la parte superior, replicando la apariencia de un convertible.

Al igual que el convertible, el Ford Crestliner llegó sólo con en versión V-8.

El Crestliner costaba alrededor de los $ 1,700 dólares, y Ford vendió más de 17.000 Crestliners en 1950 (más de lo que esperaba la gerencia de Ford).

El retoque en 1951 (doble cono parrilla, tablero nuevo y atractivo con instrumentos y controles establecidos asimétricamente), combinados con la escasez de números de este modelo, hicieron  que el Ford Crestliner de 1951 se convirtiera en una pieza de colección muy deseable.

¡El problema es encontrar uno a la venta!



Foto fuente: geomotors.net

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